Mensajes desde lejos.
Era una mañana nublada y blanca, como todas las de esta semana. Desperté cinco minutos antes de la llamada, pero logré peinarme y conectarme a tiempo. Marce nos leyó unas frases. Supe enseguida cuál de todas ellas iban para mí, así que la anoté y la guardé para desmenuzarla acá, en vivo, con vos y con todos. Howard Hendricks dijo: “Una creencia es algo de lo cual argumentarás, una convicción es algo por lo cual morirás.” Todo lo que aprendí, lo que me dejaste por escrito, ¿es para mí una creencia sobre la que puedo argumentar o una convicción por la que puedo morir? La respuesta vino a mi mente antes de terminar de leer la pregunta. Me encuentro presa de la argumentación sobre lo que digo que creo. Doy vueltas sobre las ideas, llamando revelación a la comprensión lógica de algo nuevo que se esconde entre el texto. Pareciera que mi razón de ser fuera la hermenéutica sin la exégesis y me conformo con mirar a la teorización a la cara todos los días. Alzo la mano al cielo con el fin ...