Bienvenido Onetti
En el marco de un buen relato pueden pasar muchas cosas. Es como cuando ves una película y te quedas pensando en el dueño del café donde desayunaron los protagonistas o en aquél pueblo que visitaron durante un fin de semana. Es como la vida de la galletita en Shrek; no es determinante para la película, pero te emociona. No conozco otro personaje secundario que haya ganado tanto lugar en los corazones de la audiencia como esa galletita. Estas historias se desprenden de la historia principal, pero pueden ser trascendentales si se les presta la atención que merecen. Lo que van a leer aquí es la historia de una historia, la vertiente conocida de un río desconocido. Una suerte de meta-relato que empieza así: Son situaciones a las que dices que sí porque te lo propuso la amiga de una amiga. No podía creer que estuviese atravesando la capital federal por un favor y unos pesos. Así, apurada como puede estar cualquiera en pleno microcentro al mediodía, llegué a la agencia de comunicación a grab...