Saciedad


El insomnio me llevó a escribir.

Una noche de llovizna a ratos y luz cortada. El frío inusual para esta época del año y los ruidos de la calle entrando por el ventanal. Mi diálogo interno y eterno pidiendo más de lo que acaba de recibir.

Nómada a tiempo parcial me muevo por las ciudades y el tiempo. Trato de adaptarme a la situación y al espacio que me toca. Hace un tiempo. en un curso de psicología, estudié que un cambio de ambiente físico también supone un trauma de reajuste en el plano emocional. Este año fueron tres de esos, todo un récord.

Un no saber constante en qué pasará y el miedo a que lo que parece bueno termine no siéndolo. Me cuesta creer que algunas cosas sean posibles, aunque sepa que lo son. Pero ahí radica justamente la fe, como dice un gran poeta, "mas allá del espectro visible".

Un puzzle que se arma con cada paso. Una canción cuya letra aparece con la nota que sigue. Nada se sabe con certeza salvo esto, que no sabemos nada porque no somos todo, sólo una parte. Igual a esa parte se le dieron "todas las cosas". Otro concepto chocante para pensar.

Ahora que tengo el departamento, la facultad y el trabajo que quise pienso en la bicicleta, el auto y Alicante. O no entendí nada o somos así, insaciables.

Lograr la saciedad está a un "gracias" de distancia.

El desafío se esconde en esa palabra. Si unx no se sabe una parte de un todo, una planta de un jardinero, no tiene a quién agradecer. Suele pasar que, en ese caso, el ansia se transforma en un insomnio agobiante que vuelve en cuanto puede. Como me pasó hoy.

Normalicemos agradecer todos los días. Porque centra y ayuda a no perdernos en las olas que vienen y van sobre nosotros.


"Unmoved and unafraid. Forever and always you lead me by still waters, lead me through the valleys
and lead me in your wisdom. Shepherd of my soul" - Rivers & Robots

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