Transparencia

Trato de mirar hacia afuera del café donde me encuentro. Al levantar la mirada no veo únicamente el bulevar adoquinado de Villa Urquiza, sino que además veo el cristal que se le antepone. Por el reflejo de la luz puedo ver en esa transparencia mi propia cara mirando lo que hay afuera. Con la particularidad de que, cuando me miro, veo afuera y adentro como si fueran dos planos superpuestos. Incluso me atrevo a decir que puedo ver otro plano más: el adentro del adentro. Cruzo miradas con la chica de ojos negros y como la/me conozco de memoria, sé lo que hay detrás de esos ojos. Entonces miro afuera, miro el lugar donde estoy y miro todos los proyectos y los sueños que aún no se coordinan entre sí para dar pasitos. Esos que viven en el adentro del adentro.


Resumo que, tratando de mirar afuera, miro más adentro de lo que pensé cuando me dispuse a observar. Y qué complejo mirar adentro cuando se quiere mirar afuera, más si ese adentro resulta tan personal y profundo. Así es un poco como me siento últimamente, que encuentro partes mías en lugares donde no pensé jamás encontrar. Dejo que salga lo que soy hacia algún afuera que esté cerca. Les digo que vayan a pasear y se tomen un respiro a todas las ideas que quieren crecer y aprender a volar. 

Permítanme hacer un salto metafórico aquí. Me detengo a pensar que lo bueno de saber quién se es, puede ser adquirir la capacidad de reconocerse en todos los lugares y en todas las situaciones porque, haya más o menos luz, una parte tuya siempre asomará a encontrarte. Tal y como salgo en el cristal que tengo enfrente.

Un juego de encuentros y hallazgos es la juventud. Uno parecido al que jugaba de pequeña en la plaza. 

"Nunca es tarde para encontrarte" -  Un loco en el desierto / Conociendo Rusia

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