Envío de mariposas
En varios momentos significativos de mi vida aparecieron mariposas. Tengo esos recuerdos coleccionados en la mente como si fueran figuritas de un álbum como los que llenaba cuando estaba en primaria. No les puedo contar esos momentos pero quiero dejar aquí mi último encuentro con ellas.
Sucedió anoche, pero esta vez no se presentaron en un jardín como de costumbre, sino que vinieron a mí en sueños.
Ayer soñé que estaba acá en el departamento, era de noche y mirábamos la tele con mamá. Aparté la mirada hacia un lado y me asusté porque vi un insecto largo y "patudo" en la pared. pensé que era una polilla grande. Cuando acerqué el dedo para espantarlo, abrió unas alas de color azul intenso similar a un acrílico. Sus alas tenían una textura ligera que me recordaba al aspecto del papel maché. Era una mariposa.
Me incorporé para ir a buscar el móvil y sacarle fotos a este extraño ser, pero al llegar a la puerta de la cocina descubrí que había más. Conforme me detenía a observarlas, desplegaban sus finas pero fuertes alas. Vi colores rosas, otras blancas, amarillas, verdes, lilas, etc. Olvidé la búsqueda del aparato. Simplemente quedé maravillada ante semejante espectáculo casero.
- ¿Por qué hay tantas, ma?
- No lo sé, ¿hoy es un día especial?
- Mmm, ni idea. Tengo la sensación de que vienen para mis amigos, como si fueran regalos.
- Y bueno, mándaselos.
Convencida de la oportunidad, empecé a elaborar un mensaje para cada mariposa. Eran mensajes para mis amigos. No recuerdo qué les decía que llevasen pero intuyo que eran palabras lindas. Conforme terminaba la encomienda, iban saliendo del departamento una a una. Se escabullían por la pequeña abertura del ventanal para sumergirse en la noche porteña y llevar, hasta quién sabe dónde, mensajes de esperanza.
A mis amigos que leen esto, si próximamente ven una mariposa en la realidad o en algún sueño, se las mandé yo.
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